Hembra con su cachorro

Llevar una hembra a casa

Cuando se piensa en llevar un perro a casa y hay que elegir entre macho o hembra, son éstas las menos favorecidas en la elección. Sin embargo ésta decisión debe basarse en hechos y no en prejuicios.

El mayor inconveniente que refieren las personas para adoptar a una hembra es su estro o celo, periodo en el cual tienen sangrado y están sexualmente receptivas, lo que implica el acoso de incontables pretendientes caninos.

Pero este problema es menos importante de lo que se cree. Pensando claro está, en que eres un dueño responsable, sólo debes estar al pendiente del inicio de su celo (dos veces al año) para controlar el contacto con algún macho y evitar montas indeseadas. Si te incomoda que deje rastros de sangre por tu casa puedes hacer uso de un calzón anti cruza (de venta en cualquier veterinaria y a precios muy accesibles) o mejor aún, esterilizarla y olvidarte de problemas no sólo de sangrado y reproducción indeseada, sino de múltiples enfermedades a lo largo de su vida.

El embarazo «inesperados» es una de las razones más comunes que tienen las personas para no adoptar a una hembra. La esterilización es la mejor forma de evitarlo.

En general las hembras son más limpias en casa, tienen mayor control de su vejiga por lo que no orinan tantas veces, no alzan la pata por todos lados, tienen un fuerte instinto maternal por lo que son buenas protectoras de los niños, son muy dóciles, con mucha disposición para aprender y siempre están muy atentas a las órdenes de su dueño.

No obstante hay que tener en cuenta que cada perro tiene su carácter y temperamento, resultado de su genética, de las cosas que ha vivido y por su puesto de la educación que tú, como su dueño, le has brindado.

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