Foto de un gato que rompió objetos

El mal comportamiento de tu mascota

El “mal comportamiento” de un perro o gato es una de las principales excusas que las personas usan como argumento para abandonar a su mascota, sin embargo casi siempre el problema es el humano que no ha sabido entender la naturaleza del animal, sus necesidades y la forma de comunicarse con él.

En el caso de las mascotas adoptadas de un albergue o de la calle también hay que considerar la historia de maltrato y abandono que el animal ha pasado y que por supuesto se refleja en su conducta.

La agresión, el miedo, las fobias, la ansiedad, la destrucción de objetos, el ladrido excesivo, la hiperactividad, jalarse durante el paseo, conductas compulsivas, hacer del  baño en cualquier parte, el aullido o lloriqueo constantes , la copofragia (se come su popo), el marcaje, son solo algunos de los problemas que podemos tener cuando llevamos un peludo a casa.

Antes que nada debes llevar a tu mascota a una revisión con el veterinario para descartar que algún problema físico o de salud sea la causa del mal comportamiento. Si tu perro o tu gato está sano, entonces será el momento de buscar ayuda.

En el caso de los perros muchas personas acuden a un entrenador para corregir la conducta pero no siempre hay resultados positivos. Debemos recordar que un adiestrador canino te ayudará a que tu mascota aprenda a sentarse, a caminar a tu lado, a pasear correctamente, a echarse, etc. Se mantendrá entretenido, gastará energía, pero si el problema persiste será momento de acudir a un etólogo.

Foto de un perro con entrenador y un perro rompiendo objetos
Un entrenador enseña a tu perro cómo comportarse. Un etólogo soluciona sus problemas emocionales.

El etólogo es el profesional que estudia el comportamiento de los animales y la relación con su entorno. Revisará el estado emocional de la mascota realizando una evaluación exhaustiva de la forma en que vive y se relaciona con su familia humana.

Si decides acudir a un etólogo debes considerar que llevará su tiempo corregir el problema, por lo que deberás tener disposición para colaborar y seguir las indicaciones con actitud positiva y sobre todo con mucha paciencia.

Si es el caso de tu mascota, ayúdalo. Un animal con miedo, ansiedad y cualquiera otra de las “malas conductas” que ya hemos mencionado, sufre y no es feliz.

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